Ubicación excelente, a un paso da catedral. Trato da xente moi amable e acolledor. As escaleiras son algo estreitas, pero todo ten o seu encanto. Estivemos dous días, como na casa de antes, unha experiencia memorable!

céntrico y con vistas espectaculares cerca de los lugares icónicos

Me alojé solo una noche, pero la ubicación no puede ser mejor, ya que desde mi ventana podía ver las impresionantes torres de Notre Dame y estaba a solo un paseo del Louvre y el Jardín de las Tullerías, perfectos para mis paseos por la ciudad. el hotel es sencillo pero tiene un buen servicio, ideal para quienes buscan un lugar acogedor para descansar después de un día de exploración.

Una reseña práctica y directa

La ubicación es excelente, a solo dos cuadras de Notre-Dame y del metro. Sin embargo, la falta de ascensor dificulta el acceso a las habitaciones superiores, y el ruido del bar contiguo puede interrumpir el descanso. El desayuno es limitado, aunque el servicio es amable y la limpieza, adecuada.

La ubicación es fantástica, a pasos del metro y del Sena, ideal para explorar París con mi familia. Las vistas desde nuestro ático eran un lujo, poder ver Notre Dame desde la ventana era increíble. Hay muchos restaurantes cercanos que disfrutamos.

Mi mujer dice que sería genial que tuvieran ascensor, ya que subir las escaleras con los niños fue un poco complicado.

la habitación era amplia y cómoda, pero los escaleras son estrechitas.

volvería sin duda.

La habitación era muy cómoda con un baño privado, TV, y calefacción. Las vistas a Notre Dame eran un verdadero lujo. Además, el servicio fue muy atento, y aunque no tiene ascensor, el encanto del lugar compensa eso. disfruté del desayuno que preparó la recepcionista, que fue rápido y rico.

La habitación era cómoda y tenía unas vistas increíbles a Notre Dame. Me encantó la decoración con ese toque antiguo. Sin embargo, subir esas escaleras en el cuarto piso fue un poco complicado y, para colmo, el armario olía un poco raro. Pero en general, es un lugar con mucho encanto para descansar después de pasear por la ciudad. Y el servicio desde la recepción fue muy atento, lo cual siempre suma.

La ubicación es perfecta, a solo dos cuadras de Notre Dame. Las vistas desde la habitación eran increíbles y el personal fue muy atento, incluso me prepararon el desayuno muy rápidamente cuando lo pedí. El encanto del hotel con su decoración antigua le da un ambiente único.

No tiene ascensor y las escaleras son bastante estrechas, lo que puede ser complicado si llevas maletas pesadas. La habitación tenía un olor extraño que persistió durante toda mi estancia.

La ubicación es inmejorable, justo enfrente de Notre Dame. La habitación era encantadora con una luz que entraba perfectamente por la ventana. Disfruté de la experiencia general. a pesar de que las escaleras eran algo estrechas, eso le daba un toque especial al lugar.

El ruido del bar adyacente puede ser molesto los fines de semana.